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La blusa Leandra en patchwork Mullumbimby.
No estamos seguros de cómo, pero lo logramos. ¿Qué demonios? Lo logramos. Elementos que no deberían funcionar, chocan, sin reservas, en un diseño sin costuras. Como piezas de rompecabezas que no encajan y de alguna manera encuentran su ajuste perfecto.
Está hecha de algodón y parece una contradicción: suave, pero resistente. Leandra desafía las reglas, pero da la sensación de que siempre estuvo destinada a serlo.
Los detalles de ribetes atraviesan las costuras con un susurro agudo, casi desafiante. No son elegantes, exigen atención, uniendo patrones dispares de una manera que parece intencional, no accidental. Cada línea, cada ángulo, no está ahí solo para lucirse; es la columna vertebral de esta hermosa locura, creando un caos estructurado que de alguna manera funciona. 100% algodón. Maison Hotel.
No estamos seguros de cómo, pero lo logramos. ¿Qué demonios? Lo logramos. Elementos que no deberían funcionar, chocan, sin reservas, en un diseño sin costuras. Como piezas de rompecabezas que no encajan y de alguna manera encuentran su ajuste perfecto.
Está hecha de algodón y parece una contradicción: suave, pero resistente. Leandra desafía las reglas, pero da la sensación de que siempre estuvo destinada a serlo.
Los detalles de ribetes atraviesan las costuras con un susurro agudo, casi desafiante. No son elegantes, exigen atención, uniendo patrones dispares de una manera que parece intencional, no accidental. Cada línea, cada ángulo, no está ahí solo para lucirse; es la columna vertebral de esta hermosa locura, creando un caos estructurado que de alguna manera funciona. 100% algodón. Maison Hotel.
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